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Víctimas de la pandemia: Más allá de la enfermedad y el paro.
En marzo del 2020 la vida nos pegó un cambio brutal. En aquel momento todos estábamos conmocionados y se creó un ambiente muy especial, una especie de “communitas” (fraternidad emocional social) en la que todos éramos víctimas de un enemigo común, todos estábamos igual de consternados y todos sentíamos miedo; a la vez nos hacíamos conscientes de que en ese momento había que hacer ciertas cosas para poder seguir adelante como sociedad. Y también pensábamos que aquello pasaría pronto, que tras unas semanas, al principio, o unos meses, como vimos después, todo volvería a la normalidad. De alguna manera teníamos sentimientos compartidos y cierta motivación comunitaria, cierto hermanamiento, cierta sensación…